Vivimos en una era digital en la que cada vez estamos más sometidos a las pantallas, pasando una media de unas cinco horas al día utilizando smartphones, tablets, ordenadores, televisores… Estas pantallas emiten luz azul, una luz más brillante que proviene de la tecnología LED.
Se han realizado varios estudios pero todavía, en realidad, no hay estudios concretos en humanos que certifiquen que las pantallas puedan dañar gravemente la vista, por lo tanto, no se puede decir que al mirar las pantallas estemos provocando enfermedades oculares orgánicas, de todos modos, una exposición prolongada y constante conlleva algún riesgo como «el síndrome visual informático» por lo tanto, se puede sufrir de sequedad en los ojos, visión borrosa, irritación, rojez, cansancio visual, produciendo también dolor de cabeza… a demás las personas con problemas oculares no corregidos, como pueden ser la miopía, astigmatismo….al utilizar las pantallas de una manera desmesurada, se les puede acentuar el problema y sientan la necesidad de utilizar gafas, ya que se fuerza más el ojo y este se cansa.
¿Que podríamos hacer?
Si podemos deberíamos reducir el consumo de las pantallas, si esto es imposible, se pueden realizar algunos pequeños ejercicios, como descansar la vista cada 20 minutos, parpadear mas a menudo, dejar de mirar la pantalla de vez en cuando y enfocar la vista en un punto lejano, ya que uno de los problemas principales es que miramos las pantallas a corta distancia y el ojo se fuerza demasiado. También podemos utilizar lágrimas artificiales y bajar el brillo de las pantallas.
De todos modos nuestro consejo como oftalmólogos es utilizar las pantallas de una manera responsable y lógica, sin hacer un consumo excesivo dentro de lo posible.